En esta guía, vamos a explicarte cuáles son las claves para hacer un buen mantenimiento de radiadores. Analizamos los pasos que debes seguir para que el sistema de calefacción de tu vivienda u oficina funcione de manera óptima.
Siguiendo estas recomendaciones, no solo vas a aplicar el mantenimiento a los radiadores de tu casa más conveniente, sino que lograrás un mayor ahorro de gas y de energía, al tiempo que logras el confort deseado durante todo el invierno. Recuerda que también puedes echar un vistazo a los mejores trucos para reducir el consumo de gas en casa.
Primero de todo, pon la calefacción

El primer paso, como no podía ser de otro modo, es poner en marcha la calefacción. Lo más normal es que durante los meses más calurosos del año el sistema haya estado inactivo, algo que favorece la aparición de problemas en la instalación.
Encender la calefacción después sacará a relucir deficiencias en el circuito, así como en los radiadores. Cuando presiones el botón de encendido del termostato, espera unos minutos hasta que los radiadores se calienten. Entonces, observa con atención si algo no funciona del todo bien. Puedes seguir leyendo para saber cuáles son los siguientes pasos.
Purgar los radiadores
Después de encender la calefacción, es probable que notes que algunos radiadores alcanzan una temperatura inferior a la del resto. También es habitual que aparezcan ruidos en el interior, semejante a un goteo.
Si eso sucede, lo habitual es que dentro de estos radiadores se haya acumulado aire. Estas bolsas impiden que se logre la temperatura deseada. ¿Qué puedes hacer? La clave está en purgar los radiadores. Hazlo así:
- Apaga la calefacción para que la temperatura del agua descienda. Si no lo haces, podrías quemarte.
- Cierra la llave de paso de todos los radiadores.
- Empieza por el radiador más cercano a la caldera. Es aquel que se calienta más rápido.
- Coge una llave inglesa o un destornillador para abrir la válvula. La reconocerás porque, además de tener un sistema de apertura, cuenta con una pequeña salida de agua.
- Deja que salga el aire. Cuando empiece a salir agua de manera continuada, cierra de nuevo la válvula.
- Repite este proceso con el resto de los radiadores, especialmente con aquellos que presentan problemas de temperatura o ruidos.
Verifica la presión del circuito
Purgar los radiadores disminuye la presión del circuito de agua. Si no hay suficiente líquido dentro, lo normal es que el rendimiento sea muy deficiente. Por eso, debes asegurarte que, después de sacar el aire de los radiadores, el circuito cuente con la presión adecuada.
Para hacer esto, acude a tu caldera. En el panel de instrumentación verás un manómetro donde consultar la presión del circuito. Generalmente, dentro del indicador hay un marcador que te permite saber cuál es la presión óptima. Si no es así, rellena el circuito hasta que esté por encima de 1,5 bar.
Si nunca has rellenado el circuito, debes saber que para hacer hay que girar una válvula para que entre el agua. Lo normal es que esté en la parte inferior de la caldera. En el caso de que no lo tengas muy claro, nuestra recomendación es que consultes el manual de la caldera.
Identifica puntos de fuga
Otro paso que no puede faltar a la hora de hacer mantenimiento de radiadores es identificar puntos de fuga. Esto es crucial para que el sistema de calefacción trabaje de manera óptima. Además, evita que la presión del circuito se reduzca a medida que pasa el tiempo.
En términos generales, es bastante con revisar las juntas, así como las válvulas y el resto de elementos del circuito. Si detectas que en algún punto se escapa el agua, cambia la pieza en cuestión o mejor el aislamiento.
Mantén los radiadores siempre limpios
Ya que estás haciendo mantenimiento a los radiadores, aprovecha para limpiarlos. Cuando se acumula mucho polvo, el rendimiento del sistema se ve resentido. Además, es indispensable que elimines cualquier objeto que tape los radiadores. Todos y cada uno de ellos debe estar al descubierto, libres de obstáculos que impidan que el calor salga hacia afuera.
Cierra los radiadores cuando no sea necesarios
Finalmente, recuerda que al cerrar los radiadores ahorras gas y electricidad. Ya que estás ejecutando tareas de mantenimiento, aprovecha para determinar cuáles son aquellos puntos de tu vivienda que no necesitan calefacción. Si tienes radiadores en garajes, trasteros o habitaciones vacías, cerrar los radiadores correspondientes reduce el consumo de energía.
Apuesta por la climatización sostenible
El último consejo que te damos es que, si tu sistema de calefacción ya acumula unos cuantos años a sus espaldas, consideres dar el salto a la climatización sostenible. Propuestas como la aerotermia con suelo radiante harán que te olvides de los problemas más habituales de las calderas de gas y los radiadores.
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