Cada día es más importante que administraciones y ciudadanos emprendan acciones para combatir la emergencia climática. La concienciación dentro de la sociedad se está traduciendo en iniciativas realmente interesantes. El objetivo está muy claro: es necesario contar con métodos de abastecimiento energético sostenibles y respetuosos con el planeta. En este contexto nacen las comunidades energéticas.
Si en los últimos años has estado pendiente de las novedades referentes a las energías renovables, es probable que te hayas topado con esta u otra terminología similar. Al leer por primera vez la expresión “comunidades energéticas” probablemente te surgieron muchas dudas. En este artículo trataremos de contestar preguntas como por ejemplo qué son las comunidades energéticas, cómo funcionan o qué ventajas aportan. Descúbrelo todo acerca de este nuevo modelo energético con nosotros.
¿Qué son las comunidades energéticas?
Las comunidades energéticas están estrechamente relacionadas con el autoconsumo. Tomando esto en cuenta, en realidad hablamos de un autoconsumo colectivo o en comunidad. Sin embargo, lo más interesante es que las comunidades energéticas se han convertido en entidades jurídicas amparadas por las leyes actuales. Queda claro que las administraciones se han dado cuenta de la importancia de este concepto a la hora de reducir las emisiones de CO₂.
Una comunidad energética puede estar compuesta por ciudadanos de un territorio concreto, pymes o administraciones gubernamentales. No obstante, en todos los casos las actividades que llevan a cabo son las mismas. Por un lado, generan energía suficiente para abastecer a todos los integrantes de la comunidad. Claro, como la idea es contar con un modelo sostenible, se utilizan fuentes energéticas renovables. Además, deben encargarse de la distribución, el suministro y el almacenamiento de la energía. De la misma manera, administran el intercambio de energía y ofrecen servicios adicionales, como la recarga de vehículos eléctricos.
¿Cómo funcionan las comunidades energéticas?
Las comunidades energéticas se inician constituyendo una entidad jurídica. Esta puede tener diversas formas. Es posible crear comunidades energéticas sobre la base de una cooperativa, una sociedad limitada o una asociación. El siguiente paso es la redacción del proyecto. Aquí se hace casi imprescindible la participación de un profesional.
Cuando el proyecto esté listo, los participantes de la comunidad deberán adquirir los materiales y dispositivos que les permitirán generar electricidad. En definitiva, deben hacerse cargo de construir una infraestructura para la obtención limpia de energía, lo cual incluye la compra e instalación de placas solares y de los conductores para distribuir la electricidad.
Finalmente, se establece un sistema de gestión de la comunidad energética y de su entidad legal. Como es de esperar, es necesario que este se establezca de manera democrática. En este tipo de asociaciones una persona equivale a un voto. Llegados a este punto, todos los implicados en el proyecto, sin importar si son ciudadanos o una administración, han construido su propia empresa de energía. Sin embargo, aunque técnicamente son compañías de producción, las comunidades energéticas cuentan con una serie de ventajas claras.
Ventajas de las comunidades energéticas
Sí, las comunidades energéticas no dejan de ser empresas. Con todo y con eso, aportan infinidad de beneficios a los participantes.
Empoderamiento ciudadano
Las comunidades energéticas dan el poder a los ciudadanos o a las administraciones públicas implicadas. Están controladas al cien por cien por sus integrantes, que son capaces de cubrir sus necesidades de manera autónoma. Las comunidades energéticas no dependen de empresas externas.
Producción de energía limpia
Todas las comunidades energéticas generan energía de manera limpia. En la mayoría de los casos se emplean placas fotovoltaicas. Incluso, permiten almacenar los excedentes para ser utilizados con posterioridad. Por lo tanto, podemos decir que las comunidades energéticas alivian la carga de la producción sobre el planeta. Son sistemas completamente verdes y ecológicos.
Restan el control a las grandes empresas
Las asociaciones o cooperativas que se forman antes de que la comunidad energética sea una realidad le restan poder a las grandes empresas. ¿Qué se consigue con esto? Reducir la especulación en el mercado energético y evitar que los intereses económicos afecten a los ciudadanos.
Hacen más accesible la inversión en energías renovables
Gracias a que los gastos de la redacción del proyecto, la instalación de la infraestructura y la compra de materiales se reparten entre los diversos integrantes de la comunidad energética, es mucho más fácil acceder a la energía verde.
Crean empleo dentro de la propia comunidad
Las comunidades energéticas desarrollan la economía local. Además, generan puestos de trabajo y abren oportunidades a los ciudadanos para que inviertan en la comercialización de la energía que ellos mismos producen.
Ayuda a eliminar la pobreza energética
Gracias a la contribución comunitaria, los precios de la electricidad son muy inferiores a los que ofrece una compañía eléctrica tradicional. Por lo tanto, se reducen las posibilidades de que los integrantes de la comunidad terminen sufriendo pobreza energética.
Comunidades energéticas que han sido un éxito
Ya conoces qué son las comunidades energéticas y qué ventajas ofrecen. Ahora bien, ¿hay algún caso de éxito que merezca la pena reseñar? Sí, y uno de ellos está muy cerca de nosotros. Se trata del pueblo de Crevillent, en la Comunidad Valenciana. Aprovechando que se encuentra en una zona con muchas horas de luz se ha creado la cooperativa Comptem. Haciendo uso de los espacios públicos y las cubiertas de las comunidades de vecinos y algunas naves industriales, la compañía ha instalado placas fotovoltaicas. Con este sistema, los vecinos de la población se benefician de ahorros importantes en la factura, además de tener un control real sobre la gestión energética en su comunidad.
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